Ensayos

EL ROL DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y EL DESAFÍO DE LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA, FRENTE LA REESTRUCTURACIÓN CAPITALISTA EN LA TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 

"(...) el desarrollo y la expansión de las TIC en la sociedad contemporánea corresponde a (...) la reestructuración capitalista, que no sólo se remite al cambio tecnológico sino a la redefinición de las condiciones objetivas de la vida social (...)"  

Instituto Científico de Culturas Indígenas, ICCI, publicada en YACHAYKUNA, junio, 2008, pág. 26 a 32.   

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Cuál es el rol de los movimientos sociales y el desafío de la comunicación alternativa frente a la reestructuración capitalista en la tercera revolución industrial

 

1. La Hipótesis de la reestructuración capitalista

 

César Ricardo S. Bolaño y otros autores proponen mirar y articular los procesos de incorporación tecnológica, ocurridos en especial en la información y la comunicación en las últimas décadas, desde y ancladas a la perspectiva de la economía política de la comunicación, que obliga a observar los fenómenos sociales locales, nacionales, regionales y globales provocados por las NTIC a partir de sus determinaciones históricas y materiales, complementarias a sus determinaciones culturales.

 

Desde esta visión Bolaño plantea que el desarrollo y la expansión de las NTIC en la sociedad contemporánea corresponde a un momento del devenir histórico que hipotéticamente sería el proceso de la “reestructuración capitalista”, que no sólo se remite al cambio tecnológico sino a la redefinición de las condiciones objetivas de la vida social a partir de las innovaciones e invenciones derivadas de la tecnología o “revolución tecnológica”.  Las NTIC inscritas en el amplio proceso de digitalización del mundo y el ciber-espacio “se hace sentir en todos los sectores de la economía, en las esferas pública y privada y en el Estado”[1].  En relación al Estado el autor destaca el incremento del poder de negociación (de presión diría yo) del capital frente a éste, que reduce sensiblemente su “autonomía de acción” y legitima un nuevo poder que se expresa como una nueva hegemonía desde la esfera pública.  El hecho descrito es quizá visible también en la ambigüedad de las decisiones de los gobiernos reformistas de América del sur, (uno más otros menos) que no se atreven a asumir decisiones firmes de cambio social, debido no sólo a las nuevas capacidades de “negociación” del capital frente a los Estados, sino también a la complejidad de cada sociedad, la correlación de fuerzas y la intensidad y profundidad de cada proyecto social de gobierno. Sin olvidar que el antecedente de éstos gobiernos han sido dos décadas de regímenes neoliberales que sentaron las bases de la reestructuración capitalista en los países periféricos.                            

 

La “reestructuración capitalista” planteada por Bolaño asume que las NTIC impactan todos los ámbitos de la economía y de la producción, desde la agricultura, la industria, los servicios hasta el capital financiero, cuya expresión global sería el “capital monopolista globalizado”.  Pero el impacto mayor se habría provocado en las denominadas “industrias culturales” que como sostiene Guillermo Mastrini son cada vez más relevantes en la economía por su articulación a las multinacionales que a su vez expresan una característica de la globalización. Las NTIC están facilitando precisamente el proceso de globalización que a su vez atiende a las demandas de desarrollo de los sistemas de comunicación del capitalismo internacional, según Bolaño.

 

La “reestructuración capitalista” se manifiesta entonces como la “globalización” en las que las NTIC “son parte sustancial del proceso general de la universalización del capital” como diría en un artículo de prensa el catedrático ecuatoriano Germán Rodas.  Bolaño confirma este aserto al decir que la globalización no es otra cosa que un gran movimiento del gran capital multinacional que ha ampliado su capacidad de acción en términos geográficos abstrayéndose de su capacidad de control sobre los estados nacionales periféricos. Del “Capitalismo Competitivo” hemos pasado en este proceso de reestructuración al “Capitalismo Monopolista” mediado por el avance de los procesos de concentración y centralización y acumulación del capital, acumulación capitalista en el que interviene el Estado directamente (“expropiación de expropiadores”) más allá de su antiguo rol de “crear las condiciones” para la acumulación de capital que es privada pero que por la intervención del Estado en este proceso aparece como “Capitalismo de Estado”.

 

El modelo neoliberal que está en un proceso de repliegue pero no está derrotado ni mucho menos, ha entrado en un proceso de “re-regulación” otra forma distinta no tradicional de  regulación. Mastrini introduce este concepto de “re-regulación”[2] al mencionar las disposiciones de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. que disponía la privatización, los cambios tecnológicos, la convergencia de medios, la concentración de la propiedad y la globalización de los mercados y la industria, al describir la intervención de los Estados en las políticas de comunicación, orientadas a estimular el desarrollo de los mercados.  De esta manera se reposiciona el fundamento del sistema, que es liberal, para convertirse en neoliberal.

 

La “reestructuración capitalista” implica fundamentalmente la “reposición del fundamento del sistema” que alude a su vez a la “eliminación de las trabas a la explotación del trabajo por el capital” impuestas por la aplicación del “Welfare State”, el “Estado Benefactor o del Bienestar” que fuera introducido por Keynes en un proceso de reestructuración capitalista anterior. La reestructuración es ahora productiva y tecnológica, y legislación mediante se ha pasado de la explotación laboral fordista a la explotación laboral del “toyotismo” o más precisamente aquella que se aplica en la industria cultural, en el que el trabajo intelectual cae en un proceso de “subsunción”[3], precarización laboral y nuevas formas de exclusión social. Se ha producido un movimiento histórico en transición a un nuevo modo de regulación del sistema que tiene una función fundamentalmente ideológica, dice Bolaño.

Finalmente, César Ricardo S. Bolaño, afirma que luego del regreso a la hegemonía mundial de los EE.UU. , la derrota del socialismo real en Europa del Este y la Unión Soviética, la sumisión de los países del tercer mundo a los organismos globales como el FMI, los procesos de “desindustrialización” y el subsiguiente desastre económico y social de los países del sur, la acumulación capitalista en los países hegemónicos está dando paso, en forma acelerada, a la configuración de un “Estado Global Capitalista” que Bolaño lo denomina como “Imperio”, mismo que impulsa la globalización y un “nuevo orden internacional” no exento de contradicciones.                    

 

2. La Tercera Revolución Industrial

 

El proceso de globalización o reestructuración capitalista en el que tienen un rol sustancial las NTIC corresponde a la “tercera revolución industrial” que constituye un nuevo modelo de regulación que involucra a dinámicos sectores representativos de lo que se conoce como “Economía del Conocimiento”, en los que figuran la industria de la cultura y la industria de la comunicación, además de los sectores educativo, de servicios médicos y las biotecnologías. La Economía del Conocimiento ha impuesto nuevas reglas en las relaciones sociales y específicamente en las laborales en las que predomina el trabajo intelectual en red que tiene como base a las NTIC, que generan nuevas exclusiones en las formas particulares de los procesos de trabajo, valorizadas desde las estructuras del mercado y las estrategias empresariales. 

 

La Economía del Conocimiento y del trabajo intelectual en red es el nuevo paradigma de la “Sociedad de la Información”, que para Bolaño es o corresponde a la tercera revolución industrial, aquí el capitalismo ha llegado a un gran nivel de socialización de la producción social,

 

“con todos los impactos que tiene sobre la vida y la muerte de cada uno de los individuos. Algo que va incluso más allá de Foucualt, en su análisis del paso de la sociedad disciplinar a la sociedad de control (2002), pues aquí se trata ya de transformar el cuerpo humano y sus partes, incluso sus elementos más mínimos en elemento objetivo de los procesos de trabajo sometidos a la lógica de valorización del capital”[4]                    

 

El Modo de Producción se ha tornado en informático y comunicacional, el elevado nivel de socialización del trabajo, la organización en red del trabajo, separado y articulada a la vez por sistemas telemáticos de comunicación. Sistemas que sirven para la “cooperación” con el capitalismo o pueden servir para la liberación del trabajo por el capital. He ahí su contradicción inherente.        

 

 

3. El rol de los movimientos sociales en el escenario descrito 

 

La “Sociedad de la Información” o del “capitalismo informacional” como denominan otros autores a la sociedad actual, estigmatizada por su propio desarrollo, no ha cumplido con sus promesas de liberación humana, ha profundizado más bien las brechas sociales, económicas, políticas y culturales. El mundo de nuestros tiempos a decir de Domique Wolton está divido fragmentado geopolíticamente desde los centros de consumo y acceso a las nuevas tecnologías, arribando al concepto de la “info pobreza” o del “Apartheid tecnológico” como proponen otros autores.  La exclusión global se ha profundizado y las metas de la superación del analfabetismo y de la ausencia de la educación básica se han esfumado con el reflote de nuevas contradicciones sociales, que en el plano de la comunicación ya fueron esbozadas por el organismo de los estados nacionales como la UNESCO  hace más de 30 años con el Informe Mac-Bride, el que constituyó, como dice Martín Becerra, el primer intento desde lo público de diagnosticar los peligros que hoy aquejan a la comunicación en el marco de la globalización. Intento desde el sector público que pretendía normar y garantizar la pluralidad de la comunicación con la introducción de un nuevo orden mundial.     

 

Como decía Marx las fuerzas productivas que mantienen una relación contradictoria con las relaciones de producción continúan manifestándose también en estos tiempos de reestructuración capitalista o de capitalismo global transnacional, en cuyo escenario el cambio y la liberación de los trabajadores, desde creativas y renovadas formas, dependen de su organización autónoma y de su acción política. El momento presente demanda un cambio radical de la misma “clase obrera”,

 

 “que torna inadecuadas las formas conocidas de organización y lucha política, exigiendo revisión de objetivos, invención de nuevos métodos de lucha y formas de organización social. Si el resurgimiento de los movimientos sociales al final del siglo XX, principio del siglo XXI, nos pueden dar señales de optimismo en ese sentido, forzoso es reconocer que todavía nos encontramos en el principio de un largo camino.” [5]        

 

Contradictoriamente, en el capitalismo monopolista o capitalismo global los productos mercantiles hacen explícitos sus límites y por tanto también permiten vislumbrar las posibilidades de superación del sistema de dominación actual, lo que según Bolaño no será producto exclusivo del desarrollo tecnológico sino de la “movilización de un factor subjetivo, completamente transformado por el propio cambio estructural, que aún es muy inconsciente de sus posibilidades y responsabilidades históricas”.

 

“Nos encontramos en una situación muy parecida a la del cambio estructural de la esfera pública burguesa clásica. Una vez más es necesario reivindicar la ampliación de los mecanismos de la crítica y la participación democrática para el conjunto de la sociedad, que debe tener el derecho de organizarse y actuar también a nivel global” [6]

         

Tomando en cuenta que el Internet ha marcado la tercera etapa de la transformación digital, que ha fundado una “economía del Internet”y aumenta el número mundial de usuarios, éste se convierte en el espacio de nuevas formas de lucha social y apropiación política por parte de los movimientos sociales que han emergido.

 

Las NTIC y el capitalismo global en construcción están generando también y contradictoriamente un mayor proceso de polarización social, que se produce incluso en los países capitalistas centrales y con más virulencia en los países periféricos[7] “esta fosa numéricamente de beneficiarios y víctimas de la revolución tecnológica no es una <> ni un <> del avance informático, sino un típico resultado de esta transformación bajo el capitalismo”[8]  

 

Los movimientos sociales han iniciado desde hace un par de décadas un proceso de reapropiación democrática del Internet, una nueva forma de participación política, alejada de las formas tradicionales de disputa de la información, la opinión pública y la propaganda, de las organizaciones que fueron influenciadas por el “socialismo real” y los partidos soviéticos, cuyos esquemas respondieron ha esos momentos del desarrollo histórico, del desarrollo de las fuerzas productivas en ese momento y de una determinada forma de conciencia política y forma organizativa.      

 

 

4. El Desafío de la Comunicación Alternativa

 

Desde la exitosa incursión en el Internet del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del Estado de Chiapas en México, en enero de 1994, con lo que posteriormente se denominó “formas guerrilleras de comunicación”[9] se inició el proceso de reapropiación democrática de la red, se inauguró una forma de existencia y participación política y organizativa que desafió el monopolio de la intervención, movilizó la conciencia crítica y extendió los lazos de la solidaridad y la adhesión a las causas sociales a distancia.

 

Desde esa oportunidad se empezó a discutir el sentido estratégico de la comunicación, la transversalidad de la comunicación en los procesos organizativos no sólo de los movimientos sociales, es el nuevo contexto comunicativo construido por las NTIC.

 

Con la red se inauguraron también los “mosquitos en la red”[10] la nube de mosquitos que han colonizado las autopistas de información a instancias de los procesos emblemáticos de la construcción del capitalismo global con sus reuniones en Davos de los G-8, la OMC, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, algunas de cuyas reuniones no consiguieron sus objetivos políticos y fueron bloqueadas por los “altermundialistas”, “alterglobalizadores”, “globofóbicos” y otros nombres con los que se conocen a los movimientos sociales que se convocan por Internet y se han movilizado a nivel mundial en contra de la guerra de EE.UU. contra Irak, y que a decir de los propios voceros de la “Casa Blanca”y el Pentágono se constituyen en “la segunda super potencia mundial”: la opinión pública del mundo. Al grito de “Otra Comunicación es Posible” los movimientos sociales, que comprenden a los movimientos de mujeres, indígenas, ecologistas, pacifistas, glbti, campesinos y otros, se alzan desde la otredad y la alteridad, desde su diversidad y desde sus diversas posiciones (anti-neoliberales, reformistas, alternativos) en contra del neoliberalismo global.

 

Desde la Comunicación alternativa los movimientos sociales se proponen criticar el orden existente, combatir el “orden informativo”, resistir al aparato ideológico de la globalización, deslegitimar al neoliberalismo en sus propuestas ideológicas de la “competitividad”, “el derecho a la propiedad intelectual” (copyrigth, patentes y marcas), el comercio electrónico y todas las formas de privatización y liberalización de nuestros mercados mientras protegen con subsidios y barreras su s mercados.

 

El propósito es superar la brecha digital entre el norte y el sur utilizando el “sofware libre”, romper los mecanismos que refuerzan las jerarquías y las desigualdades sociales, que han sido capaces de imponernos falsos imaginarios y falsas conciencias, que obnubilan nuestras conciencias, identidades y necesidades.

 

Es una lucha contra un pluralismo hipócrita de un supuesto Estado humanista, humanitario, que es plural hasta que no afecte el “consenso”, que al sentirse amenazado reacciona hasta eliminar toda disidencia.

 

Pese a todas las promesa del Internet que garantiza supuestamente el libre acceso, la interacción, la libertad para optar por determinados contenidos, la “democracia digital”, no cumplen con dichos postulados porque depende de los monopolios que la controlan o luchan por controlarla, como es evidente en el caso del buscador de Google, que frente a la guerra mediática del gobierno de Uribe y el Estado Colombiano en contra de la guerrilla,  clausura las páginas electrónicas a informaciones sospechosas de “favorecer” la imagen de las FARC-EP en el ciberespacio, cierra los sitios web por los que restringidamente difunde sus comunicados oficiales la guerrilla considerada “terrorista”. Google se parcializa con la estrategia norteamericana y guerrerista de Colombia al censurar sutilmente impidiendo el ingreso en la Red al sitio de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), la agencia que difunde los comunicados de las FARC. De no ser por la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP) de Venezuela, que reconoce a este grupo guerrillero como un grupo político beligerante levantado en armas y no un grupo “terroristas” como lo estigmatiza el poder mundial, sus informaciones no aparecerían en la Web. Desde esa exclusión informática poco pudo hacer la guerrillera para enfrentar la avalancha mediática del gobierno de Uribe, que implementó, ayudado por sofisticas NTIC que le provee EUA, la guerra mediática e informática que también apuntó en contra del gobierno ecuatoriano después de la masacre perpetrada por el ejército colombiano el primero de marzo en contra de un campamento de las FARC en “Angustura” provincia de Sucumbios, territorio ecuatoriano en el que fueron asesinadas 25 personas, entre ellos el segundo comandante de la guerrilla colombiana (Raúl Reyes) varios guerrilleros, cuatro estudiantes mexicanos y un ecuatoriano. 

 

El Internet da golpes y contragolpes en Venezuela y Ecuador. En Caracas pese a que algunos pronósticos decían que “el Internet no trepa cerros”, refiriéndose a que las barriadas pobres de la capital venezolana no utilizan las NTIC y menos pueden movilizarse convocados por el Internet, demostraron lo contrario y reposicionaron en el gobierno al Presidente Hugo Chávez Frías.

 

Hoy frente a la mega crisis que afronta el capitalismo central y cuyas secuelas son capaces de arrastrar en su caída a los crecimientos económicos de los países dependientes, se reafirma el desafío de los movimientos sociales y las NTIC democratizadas por la Comunicación Alternativa a enfrentar la depredación especulativa del capital, el deterioro de las condiciones ambientales, defendiendo igualmente las expresiones electorales de los pueblos, cuya voluntad política apoyan la gestión, no plenamente satisfactoria, de los gobiernos progresistas de América del Sur.                  



[1] BOLAÑO, César Ricardo “Impactos Sociales y Económicos de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. Hipótesis sobre la actual Reestructuración Capitalista”. Universidad de Sergipe, Aracaju, Brasil. Pág. 1,2 y 3. 

[2] MASTRINI, Guillermo, “Globalización, concentración de medios, diversidad cultural y regulación”, Buenos Aires, Centro Cultural San Martín, 2004, Pág. 6.   

[3] BOLAÑO, C.R.S.: “Traballo Intelectual, Comunicacao e Capitalismo”, Revista da Sociedade Brasileira de Economía Política, núm 11, segundo semestre, 2002.  

[4] BOLAÑO, César Ricardo “Impactos Sociales y Económicos de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. Hipótesis sobre la actual Reestructuración Capitalista”. Universidad de Sergipe, Aracaju, Brasil. Pág. 5 y 6. 

[5] BOLAÑO, César Ricardo “Impactos Sociales y Económicos de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. Hipótesis sobre la actual Reestructuración Capitalista”. Universidad de Sergipe, Aracaju, Brasil. Pág. 7 y 8. 

 

[6] BOLAÑO, C.R.S.: “Traballo Intelectual, Comunicacao e Capitalismo”, Revista da Sociedade Brasileira de Economía Política, núm 11, segundo semestre, 2002.  

[7] PIOVANI, Verónica, ELIADES, Analía, “La concepción política – social y económica de Internet en Argentina y su expresión jurídico institucional”, Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNPL, Buenos Aires, Argentina, Revista Tram (p) as de la Comunicación y la Cultura. Año 3, Agosto de 2004.

[8] KATZ, Claudio, “Mito y realidad de la revolución informática”. Revista Eptics, Aracaju, octubre de 2001.

[9] LEON, Oswaldo, BURCH, Sally, TAMAYO, Eduardo, Comunicación en Movimiento, Quito, Agencia Latino Americana de Información ALAI, 2005.

[10] ROMERO, Miguel, “Mosquitos en la Red. Notas para un debate sobre la comunicación alternativa”, Sociología e Información, Madrid, Ediciones de Piqueta, 2002.